Diario sobre railes

Perdón por la tardanza, hay en ocasiones que hay que tomar la determinación de que es más importante para tí en cada momento, y esto de escribir como que es un segundo plano, un hobbie, un entretenimiento o quizás una necesidad que puede esperar cuando trabajo y universidad te absorve todo tu tiempo diario. Tenía intención de escribir de los recobijos más profundos del metro de Madrid, pero como saben algunos, tengo que hacer ciertos experimentos para completar la idea que ronda en mi cabeza.

El otro día, se me vino a la mente una situación que quizás alguno de ustedes coincidan conmigo. De una manera general, tendemos a juntarnos con gente, a relacionarnos con compañeros de clase, trabajo, amigos de aqui o de allá, familiares, conocidos de cualquier lugar del mundo.... pequeños grupos que en alguna ocasión se pueden llegar a interrelacionar o que nunca coincidirán en el mismo sitio o lugar.
Todo esta pequeña intro va referido a lo que cada uno guarda en su pequeño corazoncito. Vamos a partir de que cada persona es única y que cada uno tiene su vida propia, la cual la comparte en mayor o en menor medida con la gente de esos pequeños grupos con la que se relaciona.

Pongamos el ejemplo de los grupos de amigos de toda la vida y amigos de la universidad; es compleja la explicación así que espero poder saber transmitirlo. Todos en un grupo cumplimos un rol, y ese rol quizás te lleve a tener una relación más intensa con unos u otros. Esa gente es en la que más confías, en la que sabe casi todo de ti (porque todos ocultamos algo en la manga siempre) y confiarías tu vida sin miramientos en mucho de los casos, pero ahí va la cuestión....Dentro de dichos grupos...¿Cómo administra cada uno su vida personal?
Podría afirmar que en buena medida cada uno administra su información de una manera paralela, de tal forma que hay una parte de ti que esos dos grupos conocen por igual, pero otras cosas que quizás tengan más intimidad, sepan unas cosas un grupo y otras intimidades el otro. Diría que sería en plan de decirles unas cosas a unas personas que como sabes que nunca van a coincidir con las otras, pues tienes esa libertad de que guardan tus palabras incoscientemente porque tu sabes perfectamente que nunca coincidirán los dos grupos y de una forma u otra juegas con eso para medir tu lenguaje.

Nada más, es una pequeña reflexión que me surgió como he comentado hace unos días. Espero que a alguno de ustedes les haga reflexionar en la medida que lo quiean.

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